lunes, 19 de diciembre de 2011

Galeano: Vivimos en “un mundo de mierda” que no es el único mundo posible

Eduardo Galeano, prestigioso periodista y escritor de Uruguay, dijo en el marco de las acampadas del movimiento 15-M que vivimos en “un mundo de mierda” que no es el único mundo posible, de tal forma que cuando se asoma a estas concentraciones lindísimas de indignados, que cuentan cada vez con más gente joven, piensa que realmente hay otro mundo que nos espera para ser conquistado, ese “mundo de mierda” está embarazado de otro y son los jóvenes quienes pueden llevarlo adelante.

Eduardo Galeano dijo que el movimiento 15-M es tan maravilloso como el amor, ya que entiende que cuando uno vive y no le importa morir en ese momento mágico del amor, que es infinito mientras dure, siendo lo más importante que mientras dure sea infinito, sin plantearlo todo como si fuera el balance de un banco, sin balances, saldos o debes.

Dijo que no le importa lo que esperan de la sociedad los tecnócratas de cuarta categoría que manejan las finanzas, que son unos ignorantes que no tienen ni idea de nada, pero que cobran unos sueldo inmensos y que en cada crisis que ellos desatan, terminan aumentando sus fortunas, puesto que como todos podemos observar están siendo finalmente recompensados por sus hazañas consistentes en haber arruinado el mundo.

Desde su punto de vista, estamos ante un mundo al revés, que recompensa a sus arruinadores en lugar de castigarlos, ya que es evidente que no ha habido ni un solo preso en Wall Street entre los banqueros que provocaron esta crisis planetaria y en cambio hay millones de presos por haber robado algo de comida con que alimentar a su familia.

Para el prestigioso intelectual, vivimos en “un mundo de mierda” que no es el único mundo posible, de tal forma que cuando se asoma a estas concentraciones lindísimas de indignados, que cuentan cada vez con más gente joven, piensa que realmente hay otro mundo que nos espera para ser conquistado, ese “mundo de mierda” está embarazado de otro y son los jóvenes quienes pueden llevarlo adelante, esos jóvenes despreciados por las selecciones regidas por el interés de los partidos políticos que no votan porque no creen en la democracia que les ofrece el actual sistema corrupto.
Galeano reflexionó sobre la cantidad de jóvenes españoles que no votaron en las pasadas elecciones del 22 de mayo y señaló que aunque no se haya hecho un recuento en ese sentido, dentro de los más de diez millones de españoles que no lo hicieron, muchos de ellos sin duda son jóvenes que no creen en esta democracia que les ofrecen los grandes partidos, en esa democracia enormemente manipulada, en ese nombre secuestrado por los banqueros, por los políticos mentirosos, por los artistas de ese circo de la política que ofrecen una pirueta diferente cada día.

Dijo que en la política actual hay una cantidad de políticos redondos de tanto darse vuelta que culpan a los jóvenes de que están despreocupados por la política cuando son ellos los que tienen la culpa de que exista ese divorcio, razón por la que personalmente le encanta estar con los jóvenes indignados que han ocupado las calles y plazas españolas porque son aire fresco y puro que buscan ese cambio democrático, que luchan por lograr una vida diferente y advierte que este movimiento nacido de la indignación debe seguir vivo porque si no “para qué mierda queremos vivir”.

viernes, 16 de diciembre de 2011

CÉSAR HILDEBRANDT: "PALABRAS A VARGAS LLOSA, CON TODO RESPETO"

 
 
 
César Hildebrandt
 

Nuestro Premio Nobel debe tener varios armarios para guardar los birretes, togas y mucetas que ha debido de ponerse con cada doctorado honoris causa que decidió recibir a lo largo de los últimos 30 años. Y debe tener escaparates para guardar las medallas que, en todos los husos horarios, han colgado de su pecho alcaldes, rectores, presidentes de repúblicas y variadas cámaras, jefes de entidades de todos los tamaños y de ambos hemisferios. Y no digo ya cuántas cajas harían falta para guardar los diplomas que el escritor, de modo tan generoso, ha debido de aceptar en esta carrera, paralela a la de escribir, de homenajeado crónico y resignado receptor de querencias.

Pero ni todo eso ni la universal consagración del ansiado Nobel le da autoridad a Vargas Llosa para venir aquí a otorgar indulgencias y a descalificar a los réprobos y a situar en el infierno a quienes no sientan ni piensen como él.

¿Qué puede hacer creer a un escritor que su opinión vale N veces más que la de un sociólogo? ¿Por qué el talento literario (y aun el genio) debe producir, por encantamiento, el ensayo perfecto, la lucidez indiscutible y los argumentos que no se podrán refutar?

García Márquez ama a Fidel Castro. Y García Márquez es un genio. Pero la infalibilidad no es un bien de los novelistas sino una atribución farsante del papado. 

¿No fue Pound un canalla fascista y visitó Borges a Pinochet, de la mano de Sábato? 

¿Y nuestro Mario Vargas Llosa no fue, acaso, fidelista de acero, velasquista de aluminio y, luego, con todo derecho, liberal de 24 kilates? 

Eso de que los escritores emitan bulas y tracen fronteras de lo bueno y lo malo es un invento de los escritores que emiten bulas y trazan fronteras de lo bueno y lo malo. Esa es, por autocoronada, una monarquía napoleónica.

En todo caso, la opinión del Mario Vargas Llosa polémico y agitador se ha vuelto quizá previsible en los últimos tiempos. Con excepción de Israel, tema en el que ha elegido una vía políticamente correcta y corajuda, todos los tópicos del liberalismo abundan en la prosa periodística del escritor.

No resulta sorprendente, entonces, que aquí en Lima sus opiniones tiendan a coincidir con las de la CONFIEP y las de los sectores más conservadores de nuestra política.

Ese es su respetable derecho. Lo que no es tan respetable ni es derecho es que nos trate a todos como alelados admiradores que acataremos, leonciopradinamente, sus epítetos y sus vociferantes excomuniones. No pues, Mario: somos incondicionales de un puñado de libros magistrales que escribiste, pero no somos súbditos del hombre que admira más que a nadie a Margaret Thatcher -qué ordinariez- y que está convencido de que la libertad es sombra del mercado libre y la mano invisible.

Sin culpa alguna, sin conspiración detrás, sin cálculos, hay gente, Mario, que te respeta pero no te obedece y que sostiene, con una decena de razones, que Humala ha promulgado el olvido de sus promesas y es ahora un rehén de esta telaraña de poderes fácticos que no necesitan ganar elecciones para seguir cortando el jamón. Y cuidado, Mario, porque Keiko Sofía Fujimori está diciendo lo mismo que tú.